Hablemos de entornos educativos diversos

jovenes charlando en una plaza

No se habla mucho de los niños, niñas y adolescentes con orientaciones sexuales e identidades y expresiones de género (OSIEG) no normativas en Latinoamérica y el Caribe. Tampoco del acoso LGBTfóbico en los centros de educación que constituye la principal barrera para su educación y desarrollo socioemocional, y que, a su vez, genera efectos negativos para su salud mental y física.

Las altas tasas de deserción y ausentismo escolar asociadas al acoso y hostigamiento que experimentan quienes son o son percibidos como personas LGBTQ+ en los centros educativos impacta negativamente el progreso social y económico de nuestros países. Conscientes de esta barrera para el desarrollo, la Visión 2025 del BID promueve el acceso a los servicios de educación con calidad, en especial de las poblaciones diversas incluyendo a las personas LGBTQ+, como una medida fundamental en la lucha contra la pobreza y la desigualdad en la región.

Escuelas: ¿espacios seguros?

Las escuelas pueden ser entornos de aprendizaje positivos y de apoyo. Sin embargo, pueden también llegar a ser espacios hostiles en donde se normalicen y reproducen prejuicios que llevan a la discriminación y acoso LGBTfóbico.

El estudio de GLSEN hecho en siete países de América Latina encontró que en todos los países del estudio más del 66% de estudiantes LGBTQ+ reportaron haber recibido intimidaciones y humillaciones LGBTfóbicas basadas en sus expresiones de género no normativas, una cifra muy superior a la de sus pares heterosexuales y cisgénero (que se identifican con el sexo asignado al nacer).

El estudio sobre convivencia y discriminación en la educación media en Uruguay del BID, el Ministerio de Desarrollo Social y Administración Nacional de Educación Pública es el único estudio representativo a nivel nacional en la región que aborda el tema de acoso discriminatorio en el entorno educativo (con la participación de casi 6.000 estudiantes).

En este se encontró que 58% de los estudiantes que se identificaron LGBTQ+ tuvieron experiencias de acoso y agresión, comparado con 46,7% de estudiantes que no se reconocieron LGBTQ+. Fueron especialmente preocupantes los hallazgos frente a los estudiantes LGBTQ+ que reportaron haber experimentado acoso verbal y la agresión sexual que tuvo más del doble de prevalencia en comparación con sus pares no LGBTQ+.

Impactos profundos para la inclusión

El trato hostil no solo proviene de los compañeros, sino también de docentes y el cuerpo administrativo de las escuelas. De hecho, los insultos y comentarios LGBTfóbicos de adultos tienden a tener impactos más profundos en los jóvenes LGBTQ+ como modelos a seguir y figuras de autoridad. El documento Abrazar la Diversidad de la Unión Europea y el Gobierno de España resalta que las acciones u omisiones de los adultos pueden ser determinantes para el desempeño escolar e incluso para el acceso a la educación de los estudiantes LGBTQ+ (recordemos que en algunos países en la región aun clasifican las identidades LGBTQ+ o expresiones asociados a ellas como faltas disciplinarias que pueden llevar hasta a la expulsión).

El hostigamiento a estudiantes por razón de su orientación sexual o identidad de género afecta su autoestima e influye negativamente su salud mental y física, y su capacidad de acceder a y completar su educación. De acuerdo con la UNESCO, existe una correlación entre el acoso en las escuelas y el ausentismo y la deserción en algunos grupos de poblaciones incluyendo a las personas LGBTQ+.

Esto también fue sugerido por el estudio en Uruguay que encontró que el 40% de estudiantes LGBTQ+ reportaron ausentismo comparado con el 30% de otros estudiantes que reportó lo mismo. Adicionalmente, uno de los hallazgos más preocupantes del estudio es que casi 7 de 10 (69,5%) estudiantes LGBTQ+ tuvieron tendencia a la depresión. El promedio para sus pares no LGBTQ+ fue 47,6%.

Construcción de entornos escolares más inclusivos

A pesar de esto, las escuelas pueden convertirse en espacios seguros en donde se promueva el reconocimiento y respeto de la diversidad como un pilar en la formación educativa, lo cual beneficia a toda la comunidad educativa y a la sociedad de manera más amplia. A continuación, presentamos propuestas que contribuyen a la construcción de entornos escolares más inclusivos.

Intervenciones dirigidas a estudiantes: el problema del bullying y del bullying LGBTfóbico, no solo afecta y concierne a quienes acosan y son acosados. Este es un asunto que afecta a toda la comunidad educativa y, por lo tanto, las medidas de prevención deben involucrar a todo el alumnado.

  • Es importante que se construya colectivamente una narrativa del valor de la diversidad en general (pertenencia étnica, la raza, la discapacidad, la nacionalidad etc.), incluyendo la diversidad sexual y de género.
  • Las actividades de sensibilización con estudiantes también pueden incluir temas como el desarrollo de empatía, estrategias para testigos de acoso o estrategias de afrontamiento positivo.
  • Un programa exitoso en Italia “No caigamos en la trampa”, evaluado por Gaffney en un documento publicado en 2019, aplicó un modelo de educadores pares y un foro anti-acoso en línea de apoyo e información para jóvenes.

Formación y sensibilización del personal docente y administrativo de los centros educativos: es importante ofrecer entrenamiento a docentes y administradores sobre las manifestaciones y efectos de la violencia LGBTQfóbica.

  • Con herramientas para identificar e intervenir en situaciones de acoso, en particular aquellas que son más sutiles como el rechazo sistemático, la falta de acceso a la información, el acoso virtual, entre otras.
  • Un aporte importante para educadores son materiales que faciliten la inclusión del tema del acoso por orientación sexual e identidad de género dentro de los currículos de formación profesional.

Apoyo y generación de confianza desde los hogares: El bullying LGBTfóbico es una forma de discriminación con consecuencias particularmente severas porque las víctimas frecuentemente son señaladas como responsables de lo que les ocurre.

  • A diferencia del acoso por razones de raza o rasgos físicos o situaciones de discapacidad entre otros, el acoso por razón de las orientaciones sexuales o identidades y expresiones de género diversas es frecuentemente tolerado o incluso promovido por los adultos al considerarlo un acto correctivo necesario.
  • Igual que con los profesores, es importante generar espacios de sensibilización con los padres, madres y cuidadores ya que muchos de ellos no tienen suficiente información sobre la prevalencia y el impacto del bullying LGBTfóbico.
  • Tanto los centros educativos como los comités de padres de familia son un canal que puede brindar información sobre los riesgos del acoso escolar y enseñar sobre las señales de alerta que indican que se están presentado casos de hostigamiento escolar.  

Trabajo conjunto y articulado

Hemos propuesto alternativas de trabajo que pueden implementarse con estudiantes, adultos y padres y madres de familia de manera separada, pero para lograr que los centros educativos sean espacios verdaderamente seguros para las personas LGBTQ+ se requiere de un trabajo conjunto y articulado en estos tres grupos y la implementación de políticas y programas que busquen reducir todas las formas de acoso escolar incluyendo las que se basan en las orientaciones sexuales e identidades y expresiones de género no normativas.

Por Juliana Martínez - Anne-Marie Urban - Juanita Ardila Hidalgo. Blogs.iadb.org