La catástrofe hídrica de la ciudad de Santa fe en abril de 2003 demostró la vulnerabilidad de la misma, no solo del soporte territorial, sino que también desnudó la situación de pobreza y exclusión social de amplias franjas poblacionales.

Desde el punto de vista geomorfológico expresado por la posición relativa a los sistemas del río Salado y Paraná, asociados a los aspectos pluviales y freáticos, a la ciudad de Santa Fe se la puede considerar de una altísima criticidad hídrica.
Esta relación intrínseca entre la vulnerabilidad territorial y el desarrollo socioeconómico de la ciudad, la interdependencia entre los dos factores, lleva a plantear la integración de los problemas propios de la organización del espacio con los problemas del desarrollo social de la ciudad.
La elaboración de un plan urbano y de ordenamiento territorial implicó la detección de oportunidades de intervención, procesadas en juicios valorativos que definen características que articulan los análisis y las propuestas, definiendo a la construcción del plan como un proceso, continuo, participativo y propositivo. 
El diagnóstico realizado identifica esas condiciones pero también las oportunidades directas e indirectas de intervención, caracteriza el valor de cada acción en referencia a un modelo analítico capaz de hacer comprensible el territorio en su conjunto y proyectar su transformación en una ciudad  más sustentable, equitativa y cualitativa.