DIA MUNDIAL DE LOS HUMEDALES: Agua y saneamiento: la piedra angular de los derechos humanos

Mujer bebiendo agua

El acceso a agua y saneamiento son derechos humanos y objetivos de desarrollo sostenible fundamental para alcanzar las metas de 2030. Te contamos la importancia que tienen los Derechos Humanos al agua para garantizar su distribucción equitativa con estándares de calidad.

Jacques Cousteu decía que el ciclo del agua y el de la vida son uno mismo. Sin embargo, esto no siempre se ha reconocido. Pese a las múltiples premisas sobre la relación del agua y la vida, el acceso a agua y saneamiento fue reconocido explícitamente como un derecho humano recién en julio de 2010. La Asamblea General de las Naciones Unidas reafirmó que estos recursos son esenciales para la realización y el cumplimiento de todos los derechos humanos (Resolución 64/292), es decir, si no garantizamos este derecho humano es imposible cumplir con el resto. Más aún, debido a su relevancia, en 2015 se declaró que el agua y el saneamiento son derechos independientes para poder conocer así el alcance de ambos (Resolución A/RES/70/169).

Sin embargo, la falta de agua y saneamiento aún no está totalmente garantizada en América Latina y el Caribe. Cerca de 160 millones de personas no tienen acceso seguro al recurso hídrico o lo tienen en condiciones precarias, y 17 millones aún no tienen acceso básico al agua. Mientras, 430 millones de personas en la región no tienen acceso al saneamiento seguro y más de 10 millones hacen sus necesidades al aire libre. 

Esto no solo afecta las tareas diarias, sino que limita el desarrollo humano, acarrea riesgos para la salud y la seguridad de las personas. De hecho, en el mundo mueren más de 430.000 personas al año por diarrea, causada principalmente por la falta de agua y saneamiento seguro. 

¿Cómo se puede garantizar el acceso al agua y el saneamiento? 

Para garantizar el agua y el saneamiento se debe cumplir con al menos cinco condiciones fundamentales: 

  1. Suficiente: De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se necesitan entre 50 y 100 litros de agua mínimo por persona al día para cubrir sus necesidades más básicas. El acceso debe ser continuo y en una cantidad suficiente para el uso personal y doméstico, es decir, para que cada persona pueda beber, realizar su saneamiento personal, preparar sus alimentos y llevar a cabo la limpieza del hogar e higiene personal. Desde el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento se ha priorizado el apoyo a las poblaciones que carecían de unos servicios mínimos de agua y saneamiento, realizando proyectos para cubrir esas necesidades en zonas rurales y periurbanas pobres. Como ejemplo está Guatemala, donde un proyecto de US$50 millones de donación del Gobierno de España y US$50 millones de un préstamo del BID está permitiendo que más de 130.000 guatemaltecos de las comunidades más desfavorecidas del país puedan acceder a servicios de agua y saneamiento y así atender sus necesidades básicas. 
  1. Saludable: Se debe garantizar que el agua esté libre de microorganismos, sustancias químicas y otros peligros radiológicos que puedan atentar contra la salud humana. El vínculo del agua y el saneamiento con la salud de las personas es un aspecto central para el Banco Interamericano de Desarrollo y la Cooperación Española, y que se desarrolla desde distintas líneas de trabajo. Para ayudar a los países a cumplir con estos estándares internacionales, el BID, junto a la International Water Association (IWA), desarrolló AquaRating. Este es un estándar internacional que permite a los operadores de agua y saneamiento conocer la calidad del servicio que ofrecen, monitorear su desempeño y planificar mejoras. En América Latina y el Caribe ya ha sido implementado por operadores individuales de Ecuador, El Salvador y Argentina, por mencionar algunos, para quienes facilita los procesos de planificación y toma de decisiones para gestionar los servicios públicos. Asegurar una correcta calidad del agua es crucial para los prestadores y es uno de los aspectos en los que incide el AuqaRating.
  1. Aceptable: Esto significa que todas las instalaciones y servicios deben tener agua de un color, olor y sabor aceptables para uso personal y doméstico. Así también los servicios de saneamiento deben ser culturalmente apropiados, sensibles al género, al ciclo de la vida y las exigencias de privacidad.  Desde el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento se pone especial atención en los requerimientos específicos que necesitan las poblaciones con las que se trabaja. Por ejemplo, para que las comunidades indígenas del Chaco, en Paraguay, tuviesen acceso a servicios básicos considerando su cosmovisión y costumbres, un programa de Fondo Español de Cooperación para Agua y Saneamiento en América Latina y el Caribe (FECASALC) implementó sistemas de agua potable y saneamiento en varias comunidades mediante un proceso de consulta y consentimiento libre. Más de 200 encuentros que reunieron a casi 8.000 participantes permitieron desarrollar un programa que consideraba el diálogo intercultural, la diversidad y la inclusión para así no solo garantizar el agua y el saneamiento, sino hacerlo de forma aceptable respetando los derechos de los pueblos indígenas. 
  1. Físicamente accesible: Todas las personas tienen derecho a servicios de agua y saneamiento, ya sea dentro o cerca del hogar. Para esto, la OMS indica que la fuente de agua debe encontrarse a menos de 1.000 metros (0,6 millas) del hogar y su tiempo de desplazamiento no debe superar los 30 minutos. Según el Programa de Monitoreo Conjunto (JMP) de Naciones Unidas, más de 2 millones de personas en el área rural tienen que caminar al menos 30 minutos para conseguir agua de una fuente segura. Los programas del BID y la Cooperación Española inciden de manera particular en las comunidades rurales dispersas donde viven las personas que describe el JMP. Un proyecto financiado por Aquafund, en la zona andina de Caullaraju, Perú, a 4.000 metros de altura, permitió que los habitantes de esta zona tuviesen acceso a unidades sanitarias y al agua en sus hogares por primera vez. 
  1. Asequible: El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sugiere que el coste del agua no debe superar el 3% de los ingresos del hogar. Sin embargo, muchas veces esto no ocurre. Es el caso de algunas comunidades de Choluteca y Valle, dos de las zonas más secas de Honduras, donde el bombear el agua de los pozos implica costes energéticos que las personas no pueden cubrir. Para evitar cobros excesivos, los habitantes racionaban su uso de agua, sin embargo, no era una situación sostenible. Para hacer asequible el agua en esta zona, un proyecto financiado a través del FECASALC permitió reducir los costos operativos del sistema y las tarifas utilizando paneles solares. 

La alianza de España y el BID para garantizar el derecho humano al agua y el saneamiento

Aunque el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento se creó en 2007, no fue hasta finales de 2009 que empezó con sus actividades. El Fondo inicia por tanto su labor de la mano del reconocimiento del agua como derecho humano, por las Naciones Unidas. Además, se anticipa al reconocimiento del saneamiento proponiendo programas integrales de agua y saneamiento para las poblaciones más desfavorecidas. También se adelanta a la agenda de desarrollo al proponer impulsar los Objetivos de Desarrollo del Milenio incidiendo en muchos de los elementos que se incluyeron posteriormente en los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, como son la universalidad del servicio, la importancia de la calidad de los servicios y la gestión integral de los recursos hídricos.     

Con el compromiso de contribuir a asegurar el acceso a agua y saneamiento de todas las personas, el BID junto al Gobierno de España, desarrollaron el FECASALC. Su principal objetivo es apoyar a los países de la región en el avance de sus metas vinculadas a este derecho humano y objetivo de desarrollo sostenible. En sus 12 años de trayectoria, se han aprobado 20 operaciones y 11 cooperaciones técnicas complementarias, lo que ha supuesto una donación de US$572 millones del Gobierno de España, los que apalancaron recursos adicionales para conformar una cartera de US$1.509 millones. 

El FECASALC forma parte del Fondo del Agua de la Cooperación Española, que hasta el año 2021 ha beneficiado a más de cuatro millones de personas y ha apostado por mejorar la gobernanza del agua apoyando el fortalecimiento institucional de los países socios y trabajando por los derechos humanos al agua y al saneamiento. Sus programas han permitido realizar inversiones clave para garantizar el agua y el saneamiento en poblaciones de América Latina y el Caribe que carecían de un servicio adecuado, con énfasis en las zonas periurbanas y rurales que concentran los mayores niveles de pobreza y menores niveles de cobertura. 

Para saber más de la labor del FECASALC y sus proyectos en estos 12 años te invitamos a descargar Avances y contribuciones del FECASALC al sector agua y saneamiento en América Latina y el Caribe”.

Andrea Ortega C. Consultora en Comunicación para el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento de la Agencia española de cooperación (FCAS), y el BID. Mauricio Lupera colaboraron en la elaboración de este artículo.